Producción Industrial s. XVIII
- La aparición de la máquina de vapor aceleró los procesos de producción masiva.
- El trabajador pierde el control de la tarea, del producto, y toma el ritmo de la máquina.
- Aparecen los que venden y los que compran, sectores diferenciados en la economía. Aparece el mercado de los que demandan y los que ofrecen.
- Procesos de producción en serie, generan miles de piezas idénticas, en una línea de montaje o líneas de ensamblaje, bajo una secuencia de operaciones técnicas preestablecidas.
- El trabajo del operario se desmenuza en operaciones simples, realizadas por varios operarios, por lo tanto el trabajador “debe” bajar las pretensiones laborales (Taylorismo)
- Todo el conocimiento del operario se fragmentó y pasó al empresario.
- En la producción en serie se fabrican grandes cantidades de piezas del mismo producto, existe una permanente circulación de materia prima a transformar (Fordismo)
- Relación hombre-máquina-producto
Con el empleo de la máquina a vapor como fuerza motríz (para mover a otras máquinas), las grandes fábricas
se instalan en las ciudades, poniendo en crisis al trabajo manufacturero rural.
Junto a las grandes fábricas comienzan a surgir los barrios obreros.
La revolución industrial va a dar origen así a un nuevo tipo de trabajo:
el trabajo fabril; a un nuevo tipo de trabajador: el obrero industrial, y a un nuevo tipo de organización social:
el capitalismo.
Desde entonces, "el destino de las naciones va a estar ligado sobre todo al éxito o fracaso de su desarrollo industrial", aun cuando esto no implique necesariamente tener que adoptar una organización social determinada.
Pero el ascenso de la burguesía no se realiza solamente multiplicando las fábricas (en los suburbios),
sino también los bancos (en el centro de las ciudades).
Mediante las fábricas, los burgueses acaparan mercaderías y ganancias (bajo forma de trabajo no retribuido).
Mediante los bancos, los burgueses acaparan dinero y ganancias (bajo forma de intereses y servicios).
En síntesis, el capitalismo nace de una sucesión de grandes cambios (económicos y sociales) que tienen lugar en Europa a lo largo de pocos siglos.
Estos cambios son: a) el auge de la actividad comercial y usurera (que permitió a la burguesía iniciar la acumulación de capital); b) la reforma protestante (que permitió a la burguesía expropiar a la iglesia sus propiedades y fundar una religión a la medida de sus necesidades); c) la rapiña colonial (que permitió a la burguesía acrecentar la acumulación de capital y resolver sus problemas demográficos); d) la revolución agraria (que proporcionó a la burguesía mano de obra barata y numerosa, además de alimentos para la misma); y e) la revolución industrial (que permitió a la burguesía adueñarse de la producción, someter a los trabajadores y terminar de reestructurar la sociedad).